La mejora al acceso a la justicia es uno de los mayores retos actuales y aquí abogados e ingenieros tenemos mucho que aportar.
El sábado fui ponente en el Tech Party 2019 en Madrid y hablé sobre mi visión del acceso a la justicia. a continuación, algunas de las reflexiones que compartí con los asistentes al evento.
Os he de confesar que estudié el bachillerato tecnológico, aquel que en España está orientado para prepararte para un futuro de carreras técnicas y científicas, pero rápidamente me di cuenta de que aquello no era para mí. Todavía recuerdo los escalofríos que sentía cada vez que me sentaba frente a un examen de física y esto quizá explica porque fui la única de mi clase que acabó estudiando derecho. Sin embargo, tener muchos amigos ingenieros y entender algo de la lógica que hay detrás de la tecnología me ha servido para situarme con fuerza en esta intersección entre derecho y tecnología, que desde hace un par de años se llama Legal Tech.
El Legal Tech (a mi entender) tiene básicamente dos motores que lo están impulsando con una fuerza descomunal en el sector legal: (i) la misión de automatizar procesos legales y mejorar la prestación de servicios jurídicos en general; y (ii) la segunda y más importante, y aquí es donde entran los perfiles técnicos, la mejora del acceso a la justicia.
Por eso, hoy os voy a hablar de cómo se está mejorando el acceso a justicia con la ayuda del desarrollo de aplicaciones, softwares y herramientas Legal Tech.
¿Por qué se tiene que mejorar el acceso a la justicia?
Qué se tiene que mejorar es una evidencia.
La lentitud de los procedimientos es pasmosa, el número de casos que quedan sin resolver apabullante y si alguna vez te has enfrentado a regulaciones, cuestiones jurídicas o procesos legales, sabrás que las leyes, en general ,son lo menos user friendly que uno se puede echar a la cara. Así que, hablaremos de cómo se está mejorando la justicia y cómo las herramientas tecnológicas son la piedra angular de esta transformación.
Allá vamos.
¿Por qué las personas no tienen acceso a la justicia?
Piensa una cosa, como dijo recientemente Richard Susskind, hay más gente con acceso a internet que con acceso a la justicia.
Pero no podemos quedarnos con el mero hecho de que así sea, debemos indagar en las razones que nos llevan a esta situación. Cuando conoces las razones, puedes ponerle solución. Veamos cuales son:
1- En primer lugar, porque muchos ciudadanos no saben qué se encuentran frente a un problema jurídico. Existe un desconocimiento generalizado sobre nuestros derechos y la protección que la ley nos proporciona.
Por este motivo, proyectos como The Technolawgist, abordan de forma decidida retos sociales desde la vertiente jurídica. Desde nuestro medio, realizamos una intensa labor de divulgación sobre derecho, innovación y cuestiones jurídicas vinculadas a la tecnología que ayudan a abogados y ciudadanos, en general, a comprender mejor el marco jurídico en aspectos tan relevantes como el ámbito digital.
¿Algún otro ejemplo? JustFix.nyc
¿Vives de alquiler? Entonces sabes de primera mano todos los problemas que surgen en el contexto de los arrendamientos. En Nueva York, el 90% de los arrendadores cuentan con asesoramiento jurídico recurrente (en otras palabras, tienen un abogado de referencia). En cambio, el 90% de los arrendatarios carecen de él.
JustFix.nyc, pretende poner solución a esta diferencia y facilitar la labor a los arrendatarios para documentar situaciones y conflictos con sus arrendadores. Les permite redactar fácilmente cartas y notificaciones con contenido jurídico, almacenar pruebas fácticas. En definitiva, construir y preservar el relato de hechos que serán la base de la defensa de sus derechos en futuros procedimientos.
2- Segunda razón por la que no hay suficiente acceso a la justicia. Porque estamos llenos de ideas preconcebidas sobre el sistema judicial. Ante un conflicto o un revés, es habitual pensar “en la vida unas veces se pierde y otras se gana.” La justicia está politizada, no es independiente, me van a dar más dolores de cabeza que soluciones reales, no vale la pena el dinero, el tiempo y el esfuerzo que me va a costar iniciar acciones legales. Y así los pequeños y los grandes abusos se perpetúan.
Aquí aplicaciones o sistemas automatizados que facilitan el inicio de acciones legales, permitirán canalizar y aumentar el número de casos a los que se les da una respuesta.
Antes de verano se publicó un informe en el que se decía que surgen 1.000.000 problemas con contenido jurídico al día a nivel mundial y solo entre e 80% y 90% de ellos llegan a resolverse por los cauces de los sistemas jurídicos.
3- Tercera razón. Porque muchos ciudadanos no pueden permitirse económicamente acudir al amparo del Estado de Derecho. En sistemas judiciales como en Estados Unidos la justicia es tremendamente cara y aquellas personas que no disponen de recursos suficientes quedan irremediablemente excluidos. Este es uno de los temas recurrentes de las conferencias Legal Tech estadounidenses. En estas circunstancias, el asesoramiento pro bono se vuelve determinante.
En España, aunque la situación no es tan extrema como en Estados Unidos, también tenemos nuestros propios retos. Por suerte contamos con plataformas como la Fundación Pro Bono España.
Acceso a la justicia y Legal Tech
El sector Legal Tech está asumiendo el reto de solucionar esta situación.
La cuestión es que muchas veces, el derecho no resulta un ámbito de trabajo atractivo para aquellos que no son fans hasta la médula de cuestiones jurídicas, como yo, y necesitamos convencer a más ingenieros y técnicos para que se unan a nuestra causa y nos ayuden a pensar e implementar soluciones.
Las herramientas Legal Tech, no dejan de ser herramientas tecnológicas que exigen de programadores, ingenieros y perfiles técnicos para su desarrollo y explotación. Como cualquier otra startup en el ámbito tecnológico, estas son proyectos que necesitan de grandes inversiones y gran talento para ver la luz y alcanzar el éxito. Que este tipo de soluciones existan y sobre todo que aquellos que más las necesitan las conozcan, requiere un esfuerzo colectivo.
Sin la colaboración de ingenieros y juristas, el cambio en el sector legal no es posible.
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