La Inteligencia Artificial (IA) se está convirtiendo en el elemento diferenciador de los gobiernos y empresas. A nadie se le escapa que quien consiga mayores avances en este campo estará a la vanguardia del progreso y avance económico y social.
La tecnología está borrando los límites entre la inteligencia humana y la de una máquina, poniendo en peligro, asimismo, los límites entre los hombres y las máquinas.
Desde el campo científico se están midiendo los impactos y resultados conseguidos en IA en los distintos continentes. Así, según el último ranking elaborado por SCImago Journal & Country Rank (https://www.scimagojr.com/) –portal público que analiza la información contenida en la base de datos Scopus® (Elsevier B.V.) cerrada en 2018- los 15 países del mundo que están a la vanguardia en IA, son los siguientes:
Como se desprende del cuadro, en los dos primeros puestos del ranking a nivel mundial se sitúan China (1) y EEUU (2). En el continente europeo, aparece a la cabeza UK (4); en Oriente Medio, Irán (9) y en América Latina el primer lugar es ocupado por Brasil (15).
España por su parte, ocupa el puesto 14, colocándose así entre los 15 países más referenciados en esta materia. Si bien, los valores en relación a los 5 primeros puestos son mucho más bajos y nos evidencian que es muy grande el trecho entre las dos potencias mundiales en IA y el resto. España podríamos decir que sale en la foto, pero necesita invertir y trabajar en IA para llegar obtener valores más próximos a los primeros puestos.
A nadie se le escapa, tras visualizar los datos del ranking, que el avance en IA realizado por China y EEUU probablemente tiene mucho que ver con el ámbito defensivo-militar.
A día de hoy, los países con más oportunidades para ganar la carrera de la IA son aquellos que disponen de una gran mano de obra para desarrollar sus proyectos. Por ello, aparecen, entre otros, nombres como el de Estados Unidos, China e, incluso, India.
En la medida que la inteligencia artificial le da a su desarrollador el poder de crear y controlar los conflictos en prácticamente todos los niveles, la carrera por la infraestructura, los datos y la inteligencia se ha convertido en la búsqueda de la supremacía económica y de seguridad. A pesar de no estar preparados para la revolución, los países se encuentran en un campo de batalla que ya está dibujado. Los actores ya tienen todo su arsenal preparado (incluidas las armas de guerra convencionales: nucleares, biológicas, cibernéticas, etc.) para luchar contra todas las incógnitas que plantea la IA. Para entender la guerra, es importante comprender y evaluar quiénes son los jugadores en el tablero de la IA; qué controlan y cuáles son las implicaciones geopolíticas.
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